Postura Corporal y Cadenas Musculares: Cómo Influyen en Nuestras Emociones y en el Dolor
En nuestro día a día, todos experimentamos cambios en nuestra postura y en cómo nos sentimos físicamente. ¿Te has dado cuenta de que cuando estás triste o estresado, tu cuerpo parece “pesar” más o tu postura se siente menos cómoda? Esto no es casualidad. La relación entre las emociones, el dolor y la postura corporal ha sido estudiada por diversos métodos de terapia, entre ellos el método Mézières y el método GDS. En esta entrada, exploraremos cómo estos enfoques nos ayudan a comprender mejor esa conexión entre cuerpo y mente.
¿Qué Son las Cadenas Musculares?
Las cadenas musculares son un conjunto de músculos que trabajan juntos para sostenernos y permitir el movimiento. No funcionan de forma aislada; más bien, actúan en conjunto, transmitiendo fuerza y equilibrio. Cuando una cadena muscular está tensa o “desequilibrada”, es común que todo el cuerpo se vea afectado, provocando molestias o dolores en áreas inesperadas.
Método Mézières: Françoise Mézières, creadora de este método en los años 40, observó que el cuerpo tiene una tendencia a compensar los desequilibrios. Ella decía: “El cuerpo no miente, cada contracción, cada compensación nos está diciendo algo de la historia de la persona”. Su método se basa en la idea de que el dolor o la postura inadecuada puede deberse a una cadena muscular que está tensa y que, al liberar esa tensión, se puede mejorar la postura y aliviar el dolor.
Método GDS: El método GDS, creado por la fisioterapeuta Godelieve Denys-Struyf, también se centra en las cadenas musculares. Denys-Struyf identificó seis cadenas musculares principales que responden tanto a factores físicos como emocionales. Ella explicaba que cada cadena muscular está relacionada con un tipo de emoción y personalidad: “Cada emoción crea una postura, y cada postura refuerza un estado de ánimo”. Este enfoque sugiere que, al trabajar con las cadenas musculares, también se puede influir en el estado emocional de la persona.
Emociones y Dolor Físico: ¿Cómo Afectan a la Postura?
Las emociones afectan directamente a nuestro cuerpo. Cuando estamos estresados, por ejemplo, es común que adoptemos una postura más encorvada y que nuestros músculos se tensen, sobre todo en el cuello, hombros y espalda. Esta postura de “defensa” no solo nos hace sentir incómodos físicamente, sino que puede reforzar nuestras emociones de ansiedad o tristeza.
Godelieve Denys-Struyf decía que “el cuerpo se adapta a las emociones; no es sólo un contenedor, sino un reflejo de lo que vivimos”. Esto significa que, al trabajar conscientemente con la postura y las cadenas musculares, podemos no solo aliviar dolores físicos, sino también mejorar nuestro estado emocional. Este concepto es fundamental en el método GDS, que utiliza ejercicios específicos para relajar o activar ciertas cadenas musculares y, con ello, mejorar tanto la postura como el bienestar emocional.
¿Por Qué Trabajar con las Cadenas Musculares?
Trabajar con las cadenas musculares permite abordar el dolor y la postura desde un enfoque integral. No se trata solo de “corregir” una postura, sino de entender por qué el cuerpo ha adoptado esa postura y cómo ayudarlo a recuperar su equilibrio.
Beneficios de trabajar con las cadenas musculares:
1. Alivio del dolor: Reducir la tensión en ciertas cadenas musculares puede disminuir el dolor crónico en áreas como la espalda, cuello y hombros.
2. Mejora de la postura: Una postura más alineada no solo es mejor para el cuerpo, sino también para la mente, ya que puede aumentar la autoestima y reducir la sensación de fatiga.
3. Equilibrio emocional: Al liberar la tensión de las cadenas musculares, podemos sentirnos emocionalmente más tranquilos, menos ansiosos y con una sensación de bienestar.
En Conclusión
La conexión entre cuerpo, emociones y dolor es profunda y compleja. Métodos como el de Mézières y el GDS nos muestran que trabajar con las cadenas musculares no solo alivia el dolor físico, sino que también puede mejorar nuestro estado emocional. Así que la próxima vez que sientas tensión o dolor, recuerda que esa incomodidad podría ser la forma en que tu cuerpo te está pidiendo atención.