Pensamos que cuando lleguen las vacaciones, dejaremos la silla del trabajo y con eso nos dejará de doler las lumbares y el cuello, que no madrugar e ir corriendo de un sitio a otro hará que disminuya el estrés, y que en la playa conseguirá que tengamos un sueño placentero (total en la playa nos baja la tensión) y que con eso no apretemos tanto los dientes.